Las calles están llenas de vida. Hay ruido de autos, risas por doquier y mucho movimiento; además, familias enteras y contingentes acaban de llegar y todos actúan de la misma manera: ponen un pie en la vereda y se paran alrededor de sus vehículos para abrigarse. Es que, después de algunas horas en auto, toca enfrentarse a los 6 grados que ambientan el inicio de las vacaciones de julio en esta porción de los cerros. En el caminar se identifican acentos de todo tipo: norteño, rioplatense, cuyano, e incluso hay extranjeros que llegaron a conocer la villa. Es que, de una manera u otra, todos los caminos conducen a Tafí del Valle.
Es viernes por la mañana. El receso invernal ya ha empezado. Durante los últimos días, la villa veraniega por excelencia ha estado recibiendo a cientos de familias que llegan para un merecido descanso, pero a partir de ahora (y en los próximos días) todo crecerá. O porque los turistas con reservas comienzan a arribar, o porque los curiosos, expectantes por la nieve, se van acercando a pasar el día “y a ver qué pasa”. Y también están los otros visitantes: los que se quedan unos pocos días, los que “hacen noche” y los que visitan sólo por un día.
Pero en Tafí no cabe (ni cabrá) un alfiler, así lo confirma Romina Quintero, informante turística. “Están todos los alojamientos completos; sólo hay disponibilidad cuando hay caídas de reserva -destaca-; y, en esos casos, también se ocupa rápido”. Y es verdad: se puede corroborar recorriendo las calles.
Sorpresa e intereses
No se necesita mucho para distinguirlos; están por todos lados. Tafí del Valle no sólo recibe a los tucumanos, sino que le abre las puertas a un mayor número de turistas, que, a simple vista, doblegan a los coprovincianos. “Nos está yendo muy bien. Hay mucho turismo nacional, de Córdoba, Chaco y Santa Fe, y muchos uruguayos; también nos avisaron que va a llegar gente de Brasil”, cuenta Noelia Sosa, de un tradicional restaurante de la villa.
Miguel, por ejemplo, llegó hace un rato con toda su familia. Ellos son de Monte Maíz, y decidieron pasar por la villa. “Era tan linda la ciudad que queríamos conocerla. Hicimos de todo para que pudiéramos venir; y nos sorprendió. Es un pueblo muy ordenado”, dice.
Y como él hay cientos de visitantes sorprendidos por los paisajes que Tafí ofrece. “Nosotros queríamos venir porque nos dijeron que iba a nevar. Lo decidimos por el clima y por el paisaje; es muy hermoso todo, desde el recorrido en la ruta para venir”, dice Gustavo Ghiberto. Él es de Sunchales (Santa Fe) y llegó a Tafí con sus amigos Marcelo y Fabricio. Y hay que decirlo: la posible nevada es un gran aliciente. De hecho, Quintero recalca que todo el día recibieron llamadas de posibles turistas, a la espera del manto blanco.
Algunos suertudos ya tuvieron la oportunidad de ver un poco de nieve. Néstor Lescano (de Entre Ríos) ya está por dejar la villa, pero recorrió la zona del Infiernillo y pudo fotografiar con su familia un leve manto blanco. “Estamos maravillados por el paisaje y sorprendidos por el frío”, comenta.
Ni el frío frena el turismo
La temperatura es muy baja, sí, pero nada frena las ganas de visitar la villa. “Nos tiene acobardados un poco el frío, pero igual salimos; hay paisajes muy lindos y el pueblo tiene un aspecto muy rústico, lindo de ver”, dice Marcela Quercetti, que vino desde Mendoza con toda su familia; el viaje familiar es una de las alternativas más elegidas. La villa está llena de familias.
Mariano Benedetto y su grupo de amigos, por ejemplo, salieron tempranito de Tucumán para irse en moto hasta Cafayate, pero hicieron una parada obligatoria: Tafí. “Lo organizamos hace una semana al viaje -relata-; es la primera vez que salimos todos juntos. Pero vamos tranquilos, esperamos pasarla bien entre amigos”.
“Todo lo que entra por los ojos es increíble; los paisajes y la actitud de la gente, su calidez...”, resalta Stella Dari, que es de Fray Bentos (Uruguay). Es su último día en la villa, pero admite que se va contentísima. “Sólo puedo definir a Tucumán cómo algo exuberante”, destaca con una gran sonrisa.
“Es verdad que nos conviene venir por el cambio, pero a nosotros nos ha servido como una oportunidad hermosa para venir a conocer estos lugares”, agrega Gabriela Rodriguez, de Rocha, otra localidad del país vecino. Ella también hace una pausa para destacar dos cosas: la calidez de la gente y, por supuesto, las empanadas.
El receso invernal está en sus primeros días, pero los turistas ya invaden Tafí y tienen muchas ganas de conocer; y aunque sea por un rato, desean formar parte de este destino que, como todos los años, abre sus brazos a los visitantes.